El Centro de Astrobiología, en Madrid, está construyendo una red de laboratorios meteorológicos en Marte, enviados a bordo de diferentes misiones de NASA.
Cuando el rover Curiosity llegó a la superficie de Marte en el verano de 2012 y puso en funcionamiento su instrumental científico, un pequeño aparato de fabricación española comenzó igualmente a recoger datos. Era el instrumento REMS (iniciales de Rover Environmental Monitoring Station), encargado de reunir datos meteorológicos diarios y estacionales. Desde entonces, REMS ha suministrado ininterrumpidamente información acerca de la presión atmosférica, la humedad, la radiación ultravioleta, la temperatura del aire y del suelo, y los vientos en el cráter Gale. Por primera vez desde el programa Viking en los años 70, disponemos de datos meteorológicos continuos obtenidos desde la superficie de otro mundo. Y el desarrollo de los instrumentos que están haciendo posible esta investigación ha tenido lugar en España, gracias a la colaboración entre el Centro de Astrobiología (CAB, CSIC-INTA) y CRISA (grupo Airbus).
REMS está constituido por dos pequeños cilindros acoplados al mástil del rover (Figura 1), capaces de recoger información horizontal y vertical sobre la velocidad del viento, con el objetivo de caracterizar el flujo de aire cerca de la superficie marciana, desde brisas hasta pequeños remolinos o grandes tormentas de arena. El primer cilindro incorpora una serie de sensores de radiación infrarroja, que miden la intensidad de radiación en esta longitud de onda emitida desde el suelo de Marte, lo que permite estimar la temperatura de la superficie. El segundo cilindro apunta en la dirección de desplazamiento del rover, y mide la humedad atmosférica. Y los dos cilindros tienen sensores para medir la velocidad y temperatura del aire. Otro sensor situado en el interior del cuerpo de Curiosity, aunque expuesto a la atmósfera marciana, sirve para medir cambios en la presión atmosférica originados por el avance de frentes fríos o cálidos. Y finalmente, una serie de sensores situados en la plataforma del rover son sensibles a diferentes frecuencias de la luz solar, en el rango de la radiación ultravioleta. Los datos de REMS han confirmado que Marte es un planeta extraordinariamente frío y seco, bañado por radiación ultravioleta, y con notables variaciones circadianas y anuales en su presión atmosférica.
Figura 1: Los dos cilindros de REMS están situados a metro y medio sobre el suelo y separados por 120º y 5 cm para evitar perturbaciones mutuas. (© NASA/JPL-Caltech/INTA) |
Los datos de REMS podrán ser comparados próximamente con los que recoja la segunda estación meteorológica española sobre Marte, TWINS (acrónimo de Temperature and Winds for InSight). InSight es una plataforma inmóvil de NASA que se posará sobre las planicies de Elysium en septiembre de 2016, con una misión nominal de aproximadamente dos años. TWINS (Figura 2), también desarrollado en el CAB, consiste igualmente en dos pequeños mástiles horizontales que recogerán información sobre la velocidad y dirección de los vientos, y la temperatura atmosférica. A pesar de que el lugar de amartizaje de InSight se encuentra próximo al cráter Gale, Elysium es una enorme llanura abierta a influencias ambientales regionales, mucho más expuesto que el interior del cráter Gale donde opera Curiosity. Por consiguiente, el análisis comparado de la información suministrada por REMS y TWINS podrá aportar nuevas perspectivas para comprender el clima actual de Marte, en general, y el exiguo ciclo hídrico entre el suelo y la atmósfera, en particular.
Figura 2: Representación artística de TWINS montado en InSight. (© NASA) |
Es posible que REMS y TWINS estén aún funcionando cuando llegue a Marte en 2020 la tercera estación meteorológica de fabricación española: MEDA (Mars Environmental Dynamics Analyzer, por sus siglas en inglés, Figura 3), también desarrollada en el CAB. En julio de 2014 NASA confirmó que MEDA viajará a bordo de su nuevo rover marciano, Mars2020. MEDA caracterizará los ciclos diurnos y estacionales del polvo ambiental, así como la presión atmosférica, las temperaturas del aire y del suelo, la humedad relativa, los vientos, y las radiaciones ultravioleta, visible e infrarroja. El lugar de aterrizaje de Mars2020 está aún debatiéndose; desde un punto de vista de la información meteorológica que suministrará MEDA, sería muy interesante que NASA eligiera un lugar lo más antipodal posible a Gale y Elysium (Figura 4). De esta forma, los datos regionales de REMS y TWINS podrían compararse a escala global con los de MEDA, para una mejor comprensión del clima marciano. El Centro de Astrobiología recogerá y estudiará los datos de REMS, TWINS y MEDA durante los próximos años, analizándolos en el contexto de la información recabada por el proyecto Viking hace 4 décadas, y configurando así el primer estudio meteorológico global y a largo plazo en otro mundo.
Figura 3: Esquema de MEDA. (© NASA) |
Figura 4: Localización de los lugares de aterrizaje de todos los rovers y landers sobre Marte. El lugar de estudio de Mars2020 está aún por determinar. (© NASA) |
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