La Facultad de Ingeniería de la UNLP viene participando de los desarrollos de la CONAE desde los inicios de la misma, hace más de veinte años. Ha colaborado en la gran mayoría de los satélites desarrollados por dicho organismo nacional. Y desde 2008 trabaja formalmente en el proyecto Tronador II, un lanzador que permitirá la colocación de satélites en el espacio.
El Vehículo Experimental 1 A (VEx1A), en la plataforma de lanzamiento. (© CONAE) |
El Vehículo Experimental 1 A (VEx1A), ensayado en la localidad de Punta Indio el 26 de febrero último, comenzó a desarrollarse en 2009 en distintos centros de investigación de la CONAE.
De nuestra Unidad Académica participan del proyecto (que prevé el desarrollo de seis vehículos experimentales) alrededor de 150 integrantes, entre investigadores, docentes, becarios, profesionales y técnicos.
A diferencia del vehículo Tronador II, el cual medirá casi 40 metros de altura y pesará alrededor de 60 toneladas, el VEx1A no fue creado para llegar al espacio. Se le colocó poco combustible para realizar la prueba y validar los sistemas desarrollados.
En los últimos meses, los integrantes de nuestra Facultad que participaron del desarrollo del primer vehículo experimental dedicaron mucho esfuerzo para cumplir con los plazos previstos. Para muchos de ellos, al igual que para el que suscribe, trabajar en el plan espacial argentino es un sueño hecho realidad.
Este proyecto ha permitido la intervención de los alumnos de Ingeniería aplicando los conocimientos teóricos adquiridos a lo largo de sus carreras en desarrollos concretos mediante cálculos, diseño, construcción y ensayos.
Los vehículos experimentales del proyecto Tronador II presentan variantes en su construcción, ya que el objetivo es realizar diversas pruebas. Se aprende más de las fallas que de los éxitos, porque puede pasar que en una primera instancia todo funcione bien y, en una etapa posterior, se detecte un desperfecto. Como decía el ingeniero aeroespacial Wernher von Braun “Los resultados de una prueba valen por mil opiniones expertas”.
En este sentido, creo que hubiese sido un milagro que todo funcionara correctamente en el ensayo del VEx1A, debido a su alta complejidad. Desde mi punto de vista, la prueba fue un éxito ya que al lograr que el vehículo se elevase conseguimos validar la gran mayoría de los sistemas que queríamos probar. No cabe duda que en la Argentina el Estado es el que más invierte en ciencia y tecnología. Por ejemplo, la CONAE, a través de su plan espacial, desarrolló satélites científicos con la participación de INVAP, la cual adquirió la capacidad para llevar adelante la construcción de satélites de comunicaciones y radares, posicionándola a nivel mundial.
Del mismo modo, el proyecto Tronador II permitirá que otras empresas adquieran también capacidades tecnológicas para el desarrollo de nuevos productos que en la actualidad no se fabrican en el país. Está demostrado que la industria aeroespacial es iniciadora de otras industrias.
En la década del ‘50, nuestro país se ubicó entre los pocos países del mundo en manejar tecnología de punta en el campo aeronáutico, lugar ocupado actualmente por Brasil. Hoy en el área espacial nos encontramos en una situación similar. Si no cometemos los errores del pasado podemos consolidar el liderazgo de la Argentina en materia espacial en la región. Por todo esto, la participación de nuestra Facultad en este proyecto es un orgullo y una responsabilidad muy grande.
(*) Decano de la Facultad de Ingeniería, Universidad Nacional de La Plata (UNLP)
Fuente: Ingeniar, Revista de Ingeniería (UNLP)
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